LA DEMANDA DE UNA ANTIGUA 'GEISHA'

Mineko Iwasaki, una antigua geisha de notable ascendiente en el barrio de Gion en Kioto, que hizo de anfitriona, entre otros, de Akio Morita, el fallecido presidente de Sony, reveló a Arthur Golden todos los secretos de la vida de estas elegantes damas dedicadas al arte de la música, la danza y la conversación. Golden lo contó en su superventas Memorias de una 'geisha', una novela escrita en primera persona que más parece un documento de no ficción, publicada en una treintena de países. Golden concede a Iwasaki un lugar de privilegio en la lista de agradecimientos que cierra el libro. 'Contestó con todo lujo de detalles a todas mis preguntas relativas a los rituales de la vida de una geisha', se lee en la edición española, publicada en 1999 por Alfaguara. 'Se convirtió en una excelente amiga'. Ya no lo es. Iwasaki ha demandado en Estados Unidos al autor por difamación, ruptura de contrato y violación de copyright por revelar su identidad. Según ella, esa presunta indiscreción le ha costado la enemistad de todas sus antiguas compañeras, siempre mudas sobre los misterios de una profesión consustancial a la prudencia. Golden y su editorial norteamericana niegan las acusaciones de Iwasaki, dolida, sobre todo, por la luz arrojada sobre la ceremonia de su mizuage, la pérdida de la virginidad a cambio de una pequeña fortuna, que el novelista cuenta en el libro en la persona de la protagonista, Sayuri.-