Un pueblo dividido por un colegio

Se ha empezado a extender como la polvora. El conflicto sobre la supresión del concierto al colegio de religiosas de Cabra de Santo Cristo (Jaén) para el próximo curso se ha convertido en un conflicto que tiene en vilo a un pueblo de 2.300 habitantes. Familias disgustadas, niños que se observan con rencor y acusaciones de politización llenan los tranquilos días de un hermoso pueblo situado en la comarca de Mágina.

Ana Méndez estudió en el colegio de religiosas Cristo Crucificado sobre el que ahora cuelga una pancarta que recuerda 'Estamos 45 años con vosotros'. A ella la matriculó su madre en ese centro y ahora ella ha hecho lo mismo con sus hijas, pero el próximo año puede que los 120 alumnos no tengan ya las 'aulas bonitas, limpias y luminosas' que recuerda Ana, si no se llega a un acuerdo con la Junta, que alega que la falta de niños impide tener abiertos dos colegios.

José Luis Garzón, teniente de alcalde del PP y representante en el consejo escolar del colegio público, al que lleva a sus hijos, está convencido de que sólo una negociación política podría acabar con la tensión que se va incrementando entre los propios habitantes. '¿Por qué ha muerto el derecho a elegir? Muchas mujeres que saben cortar y coser es porque se lo han enseñado las monjas, y mucha gente que sabe escribir a máquina también es por ellas'. La defensa encendida es de Eugenio Méndez, padre de Ana. 'Cerrar los colegios es la muerte de muchos pueblos', sentencia.

Eugenio, cuyo hijo va al colegio público, piensa que tener un colegio de monjas en Cabra 'viste mucho', mientras que José Luis Garzón se pregunta 'cómo es que hay dinero para operaciones de cambio de sexo y para pastillas del día después sin que haya poco más de cuatro millones de pesetas para un concierto'.

La directora, María Antonia Lorca, explica: 'Si decidiésemos seguir el próximo curso sin concierto no tendríamos alumnos, las posibilidades económicas de este pueblo son escasas. Yo sólo hago un llamamiento a la unión y a la paz'.

Ya hay padres que han amenazado con no escolarizar el año próximo a sus hijos si se elimina la opción de la concertada.