Censura de carteles

Me cuentan que en la universidad han arrancado los carteles de la 1ª Campaña Antisida para Jóvenes Homosexuales realizada por la asociación Somos Jóvenes. A alguno le podrá sorprender que pase esto en la universidad, lugar que debiera ser por excelencia morada de la libertad, incluso de algún libertinaje. Nada de eso, se retiran unos carteles en la que aparecen dos hombres practicando sexo explícito y no protesta nadie; ni el Cadus, ni el Sadus, ni el sindicato de estudiantes ni el supuesto grupo de gays y lesbianas universitarios. Lo único que sale de la universidad es la homofobia pura de un dirigente religioso escandalizado por el cartel; homofobia ante la que tampoco hay reacción. Sin comentarios. Los estudiantes universitarios dejaron hace tiempo de ser un colectivo vanguardista, transgresor o depositario de ideas más o menos revolucionarias. La universidad está muerta, salvo honrosas excepciones, para todo aquello que no sea la barrilada de turno o la fiesta de la primavera. En esas mastodónticas fiestas lucirá esplendorosa toda esa pasiva e inane juventud universitaria, eso sí, junto a sus patrocinadores multinacionales de bebidas, de la telefonía móvil o de los pantalones vaqueros. Decían hace años que las universidades eran fábricas de parados, ahora lo son, y sálvese quién pueda, de individuos reaccionarios, consumistas y homófobos, ya sea por acción, reacción u omisión.-