Piensos por las nubes

La fabricación de piensos es uno de los sectores más afectados por las medidas adoptadas en Bruselas para combatir la enfermedad de las vacas locas. El coste por el cambio de modelo al sustituir harinas de carne por proteína vegetal desde el pasado 1 de enero, por un periodo provisional de seis meses, se estima en unos 65.000 millones de pesetas. Este incremento repercutirá en el conjunto de la cabaña ganadera.

Además de ese cambio de harinas, se imponen otras modificaciones en las formulaciones de los piensos, con otros componentes que también suponen nuevos incrementos en los costes de fabricación. Igualmente, hay que tener en cuenta la supresión de las harinas de pescado para determinados compuestos.

España, según la Confederación Española de Fabricantes de Piensos Compuestos (Cesfac), produce unos 16,5 millones de toneladas de piensos, sin contar los que se elaboran en las propias explotaciones. De esta cifra, 3,5 millones de toneladas corresponden a los piensos para vacuno, 7,7 millones para porcino y 4,1 millones para pollos. Se estima que el cambio de modelo alimentario va a provocar un aumento medio en los costes de entre cuatro y cinco pesetas el kilo de pienso. Por otra parte, con la nueva alimentación en algunos casos se ralentiza el crecimiento de los animales, lo que a la larga se traduce también en mayores gastos para la explotación.

Además del aumento de los costes, los responsables de Cesfac consideran preocupante el cambio alimentario al tener que modificar parcialmente las estructuras de producción y poner en marcha nuevas plantas, con una inversión de entre 80 y 150 millones por cada una de ellas, lo que para el conjunto del sector se evalúa en unos 5.000 millones de pesetas. Para los fabricantes de piensos, esta situación se podría calificar como de prerreordenación del sector.