Les Luthiers regresa a España con 'Bromato de armonio'

Cuando se dice que un artista repite a petición del público suele haber mucha promoción y no poca presunción. Éste no es el caso de Les Luthiers, que vuelven a Madrid con su espectáculo Bromato de armonio, que estrenaron en 1999 en el mismo ámbito donde hoy vuelven y donde permanecerán hasta el 4 de febrero. En aquella ocasión estuvieron un mes a teatro lleno diario, y con las localidades vendidas con meses de antelación. Ésta es la última oportunidad de ver el Bromato en directo; el año próximo volverán con un nuevo espectáculo ya estrenado, como siempre, hace dos años en Buenos Aires, Todo porque rías.

Bromato de armonio ha sido presenciado en España por casi millón y medio de personas, pero en esta ocasión el espectáculo tiene una ausencia clamorosa: Marcos Mundstock, el genial Johann Sebastian Mastropiero. Está intentando llegar a un acuerdo con los médicos acerca de cierta afección esquiva que, de momento, le mantiene alejado de los escenarios. Pero Les Luthiers viajan siempre con dos suplentes perfectamente capacitados para suplir a cualquiera de los cinco componentes del grupo por diversas contingencias. A Muntstock le sustituye Gustavo López Manzitti, un individuo de similar catadura a los maestros: es cantante de ópera, música de jazz e intérprete de diversos instrumentos, por ejemplo, ha tocado el contrabajo acompañando a la cantante Norma Leandro.

Bromato de armonio es un espectáculo delirante donde la maestría de los muchachos estruja con pasmosa fluidez la vida secreta de las palabras y el humor en su estado puro, pero muy pulido. Nada musical les es ajeno, desde la música caribeña al gregoriano, pasando por la ópera, la serenata, las cantatas medievales, la zarzuela o el jazz. Daniel Rabinovich, asumiendo el sentir de todo el grupo, rinde pleitesía a Tip y Coll y al público español: 'No nos gusta estar más de tres semanas en una plaza, pero Madrid, España entera, es una excepción. Siempre se queda gente con ganas de vernos. No hemos tenido más remedio que prescindir de nuestras sagradas vacaciones, pero lo hacemos encantados. No es broma, es Bromato'.