Las cajas de ahorros aceptan la fuga de las tres grandes a Servired

El Consejo de Administración de la CECA, celebrado ayer en Madrid, fue un reflejo de las tensiones que vive el sector tras la marcha de La Caixa, Caja Madrid y Caixa Catalunya a Servired. La reunión comenzó con serios reproches de algunas entidades a las tres grandes, hasta que Manuel Pizarro, presidente de CECA, tranquilizó la reunión asegurando la viabilidad futura de la Confederación. Josep Vilarasau, presidente de La Caixa, aseguró que su entidad seguirá apoyando a la CECA, aunque no utilice la mayor parte de sus servicios.

Discrepancias intenas

La Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), comenzó ayer una nueva etapa. La Red 6000, que hasta ahora era la institución más representativa del sector, se ha partido con la marcha de las tres instituciones más grandes, lo que ha supuesto perder el 42% de los cajeros del sistema. Ante esta situación, la Confederación decidió ayer separar la Red 6000 de la CECA y dotarle de personalidad jurídica propia.Fuentes de la organización de cajas informaron de que esta iniciativa, que se llevará a cabo creando una entidad autónoma, se hará de la forma "más rápida posible". Esta entidad integrará únicamente las cajas que forman parte de la Red 6000, cada una con el porcentaje determinado según la red de cajeros y el volumen de transacciones. Hasta ahora, las decisiones sobre la red las adoptaba el Consejo de Administración de la CECA y cada entidad tenía un voto, circunstancia que incomodaba a La Caixa y Caja Madrid porque son los propietarios de la mayor red de terminales.

Otra de las medidas adoptadas por el consejo de la CECA ha sido reducir hasta los 0,45 euros (75 pesetas) la tasa de intercambio entre entidades que formen parte de esta red. Esta tasa es la comisión que una entidad paga a otra por la utilización de sus cajeros.

El consejo de administración de las cajas reflejó ayer las tensiones provocadas en el sector por la marcha de las tres grandes. Dos presidentes de entidades medianas recriminaron tanto las formas como el hecho de que tres instituciones de tanto peso hubieran decidido abandonar un sistema que aglutinaba al sector. Estas entidades criticaron que sólo una de ellas, Caja Madrid, hubiera avisado convenientemente a la Confederación de sus intenciones de incorporarse a Servired. Otros presidentes destacaron que lo más relevante ahora era pensar cómo seguir adelante ofreciendo buen servicio y precios razonables a los clientes y a las entidades de la Red 6000. En el capítulo de las alusiones, Josep Vilarasau argumentó su cambio por las oportunidades que les ofrece Servired, de Visa España. Además, advirtió de que su entidad seguiría apoyando al consejo de la CECA. Vilarasau, que es vicepresidente de este organismo desde hace más de veinte años, explicó que cumple una función como agrupación de los intereses comunes de las cajas. Miguel Blesa, presidente de Caja Madrid, insistió en su correcta actuación y quitó relevancia a la marcha de las tres entidades. Este último argumento no fue aceptado por otros presidentes, que insistieron en realizar movimientos rápidos para contrarrestar la delicada situación. Pizarro tranquilizó a los más disidentes, pidió respeto a las decisiones soberanas de sus consejos de administración, y aseguró la continuidad de la CECA como organismo representativo de todo el sector, con el apoyo de las tres grandes cajas.

En el consejo no se abordó la marcha de las negociaciones con el sistema 4B. Sin embargo, fuentes cercanas a la operación creen que ante una posible unión de estos dos sistemas, 4B tendría la mayoría de las acciones.

La CECA aprobó la prejubilación de una cuarta parte de su plantilla, alrededor de doscientos empleados, para racionalizar los costes de la institución.