Los cazadores de virus

Hace dos meses que unas peculiares bandas de cazadores se despliegan por el norte de Uganda. Son cazadores valientes, armados únicamente de buena voluntad y de una paciencia digna de admiración. Desde los villorrios a los hospitales de Gulu y Lacor, siguen la pista del virus Ébola, responsable de una epidemia que ha causado ya 157 muertos entre 399 casos diagnosticados.Las autoridades de Kampala, muy optimistas, creen que la situación está controlada, pero resulta difícil conocer la extensión de la enfermedad. Los observadores extranjeros, sin embargo, aplauden la reacción de las autoridades ugandesas. En colaboración con organizaciones no gubernamentales y la Organización Mundial de la Salud han establecido un sistema de scouts que alertan ante cada caso sospechoso al nivel inmediatamente superior del sistema. Estudiantes, entre ellos de enfermería, socorristas... en total son cerca de un centenar, voluntarios pero remunerados, que recorren los pueblos del norte del país. Una tarea titánica, vigilar a 400.000 habitantes.

Tras la alerta, un equipo móvil se desplaza al lugar, hace un primer diagnóstico y decide si es procedente la hospitalización. Se establecen listas de posibles enfermos, se vigila su evolución durante el periodo de incubación de la enfermedad (hasta 21 días). Estos voluntarios han recibido la consigna de no tocar a los posibles enfermos, pero de todas maneras corren grandes riesgos. Toda la información recogida es procesada por los técnicos de la OMS y de Estados Unidos. El objetivo final es conocer el origen del brote.