Nat King Cole, en el pleno

¡Cuánta verdad es que no siempre el reconocer los propios errores se interpreta como una virtud! Ni se agradece. En la sesión de preguntas en la Asamblea de Madrid, el portavoz socialista, Pedro Sabando, había tenido un rasgo de sinceridad -y hasta de humildad, las cosas como son-, algo poco frecuente.Harto de las comparaciones con los gobiernos socialistas, pidió al presidente que en su respuesta no se fuera al pasado. Para evitarle el viaje, ya le adelantaba que él mismo reconocía que estaba en la oposición por "no haberlo hecho todo lo bien que se necesitaba". Y que Alberto Ruiz-Gallardón estaba en el Gobierno por lo mismo.

Había preguntado Sabando por la ejecución del presupuesto de vivienda de protección oficial, que a él le parecía muy escaso. Y le había dicho al presidente que era una vergüenza el desprecio con el que los populares trataban un asunto que tanto preocupa a los madrileños. Los ciudadanos, dijo, se ven obligados a aumentar considerablemente su esfuerzo para acceder a la vivienda.

Contestó Ruiz-Gallardón que era verdad que en la primera legislatura popular había sido elegido por lo mal que lo había hecho el PSOE, pero que, luego, los madrileños le habían elegido conociendo ya su labor al frente de la Comunidad. O sea, por méritos propios. Prueba de que su Gobierno lo hacía cada vez mejor, vino a decir. Y volvió a darle datos que demostraban que, en materia de vivienda, el PP había duplicado lo que había hecho el PSOE.

También centraron sus preguntas en estos temas Antonio Fernández Gordillo y Modesto Nolla, del grupo PSOE-Progresistas. Salvo una discrepancia del vicepresidente, Luis Eduardo Cortés, en torno a si Gordillo se refería al Vellocino de Oro o al Becerro de Oro -aclaró el socialista que hablaba de la Biblia y no de Homero-, el resultado fue el previsto: vellocinos o becerros, con el PSOE ninguno era de oro.De agradecer la aportación al acervo cultural de los señores parlamentarios. Y, sobre todo, el esfuerzo del socialista Antonio Chazarra, que, zumbón y sabio, consiguió que entrara en la Asamblea el furor conceptista de Nat King Cole y -lo que tiene más mérito- que la consejera de Cultura, Alicia Moreno, entrara al trapo del humor. Preguntaba el socialista que para cuándo la gestión de los museos por la Administración de la Comunidad. Y advertía:

-No me haga usted lo de siempre: que, igual que en la canción de Nat Kin Cole, cuando le pregunto que cuándo, cómo y dónde, siempre me responde: perhaps, perhaps, perhaps.

Tuvo la deferencia el socialista de traducir el vocablo: quizás, quizás, quizás. Y la consejera le replicó que las transferencias iban despacio, pero que se llevarían a cabo. Y que, por tanto, no le contestaría perhaps, sino "yes, yes, yes".

Hace poco se citaba en este apunte parlamentario al poeta José Hierro. Ayer ingresaba, enfermo, en un hospital. Vayan hoy -¿es necesaria una excusa?- otros versos del poeta: "Qué tristes he visto a tus hombres (...) / Les pides que pongan sus almas de fiesta. / No sabes que visten de duelo, que llevan a cuestas el peso de tu acabamiento". Hablaba de España. Muy pocos se atrevían a escribir cosas así en 1952. Pepe Hierro era uno de esos pocos.