Chirac acusa el golpe de las imputaciones de corrupción

Jacques Chirac se siente "herido" por las últimas acusaciones de corrupción dirigidas contra él, según ha reconocido uno de sus próximos, Josselin de Rohan, presidente del grupo parlamentario de la Unión por la República (RPR) en el Senado. Los últimos sondeos muestran una nueva caída de popularidad del presidente entre dos y cuatro puntos, que se suman a los siete perdidos en septiembre, y una recuperación parcial del primer ministro, el socialista Lionel Jospin.Éste es el momento elegido por la ministra de Empleo y Solidaridad, Martine Aubry, para confirmar su salida del Gobierno. Se especulaba con un "tercer hombre" para la carrera por las presidenciales de 2002, pero bien podría ser una mujer. Aubry se marchará la semana próxima para competir por la alcaldía de Lille -a sólo una hora de tren de París- y ahorrarse el desgaste que sufren los demás. Se va en el momento más alto de su popularidad: es la personalidad política que mayor confianza ha ganado entre los franceses durante los últimos meses. El 47% apoya sus actuaciones, tras el 48% atribuido a Jospin y el 53% que aprueba la política de Chirac.

Si la izquierda puede ser bicéfala, la derecha no tiene nada claras sus apuestas. El comité departamental de Unión por la República (RPR), el partido fundado por Chirac, ejecutó anoche la sentencia política que pendía sobre el hasta ahora alcalde de París, Jean Tiberi, al que expulsó de sus filas. El excluido, antigua mano derecha de Chirac mientras éste dirigió la alcaldía de París y sucesor suyo en ese cargo, se describió a sí mismo como víctima de "una traición", fruto de "maniobras, presiones y chantajes". O sea, una cabeza de turco de las irregularidades en la financiación del RPR descubiertas en la adjudicación de obras públicas en París. Muchos ven la cabeza de Chirac detrás de la de Tiberi.