"Dirigir películas es como una carrera de fondo"

Después de rodar varios cortometrajes y participar como guionista en varias cintas, Nicolás Muñoz (Madrid, 1962) ha dirigido el largometraje Rewind, su ópera prima como director y con la que obtuvo el premio a la mejor película del Festival de Alfaz del Pi el pasado año. Él y Enrique González Macho han producido la cinta en régimen de cooperativa. Y es que las dificultades económicas propias del inicio de una trayectoria profesional no hacen más que poner a prueba a quien está dispuesto a correr una carrera de fondo. Él parece estarlo, y por eso ya rueda su segundo film, El efecto Stanislavsky.Pregunta. ¿Qué destaca de Rewind?

Respuesta. Desde el punto de vista técnico es una cinta bastante innovadora, pues es la primera película que se ha hecho en vídeo digital en España, aunque luego se pasó al formato normal de 35 milímetros. Ese sistema va a acabar imponiéndose ya que tiene muchas ventajas, desde el abaratamiento de los costes a ofrecer más autonomía a la hora de trabajar. Tampoco es demasiado habitual el guión de la película, una comedia fantástica donde los personajes tienen la oportunidad de dar marcha atrás en el tiempo.

P. ¿La austeridad con la que rodó la película indica las dificultades para abrirse camino como director?

R. Sí, aunque es verdad que el cine español va bien, sigue siendo muy difícil poner en marcha un proyecto; es casi algo quijotesco. En el caso mío, en vista de que no aparecían productores para financiarla (con un presupuesto de 90 millones), la producimos nosotros mismos en régimen de cooperativa y gracias a que los actores y todo el equipo rebajaron sensiblemente sus honorarios.

P. ¿Cuesta menos rodar la segunda?

R. No, pensé que haber hecho Rewind me iba a abrir muchas puertas y no es así. ¿Por qué? No lo sé, es cierto que es algo que cuesta mucho dinero, pero lo fundamental en mi opinión es que este mundo es como una carrera de fondo, pues en cada película hay que emplear dos o tres años.

P. ¿Se quedan muchos en el camino?

R. Sí. De todas formas, es cierto que la aparición de un buen número de jóvenes cineastas, unido al éxito que han tenido directores como el andaluz Benito Zambrano, es algo que al menos sirve para abrir caminos.

P. ¿Son imprescindibles las ayudas?

R. El cine español no podría funcionar sin subvenciones. Es un tema que suele tener muchas repercusiones en los medios de comunicación, y la verdad es que no lo entiendo. Las ayudas destinadas al cine son insignificantes en comparación con las subvenciones para otras actividades. En otros casos, como ocurre en la película Solas, las ayudas sirven también para difundir la cultura de una comunidad. La asignatura pendiente del cine español es vender más en el exterior.