El futuro de la Carta Social

Aunque el Gobierno vasco cree que este mismo año podría resolverse el debate sobre la Carta Social, entre cuyos objetivos figura la instauración de una renta universal para los desfavorecidos, el clima político que se vive en Euskadi hace que ese deseo se complique mucho. Los trabajos en el seno de la ponencia parlamentaria que se encarga de tramitar el documento han avanzado durante el año, pero ahora la coyuntura es diferente: Euskal Herritarrok -para quien la Carta Social se había convertido en una bandera fundamental- ha anunciado su marcha de la Cámara, mientras que PP y PSE mantienen una oposición feroz al Ejecutivo.La Carta Social, que es el primer proyecto que ha entrado al Parlamento a través de la fórmula de la iniciativa legislativa popular -presentación de firmas de ciudadanos- pretende, según sus promotores, acabar con la exclusión ofreciendo un puesto de trabajo a cada persona y otorgando un salario social a cada parado. Así, propone medidas como la jubilación anticipada a los 60 años y la sustitución en el puesto de trabajo, la eliminación de las horas extra, la semana laboral de 32 horas y la garantía del Salario Mínimo Interprofesional, actualmente fijado en 70.000 pesetas, para los desempleados mayores de edad.