Tres muertos en nuevos atentados

Tres personas perecieron y cuatro resultaron heridas como resultado de una explosión ocurrida ayer en un mercado de Riazán. Más tarde, otro artefacto estalló en una tienda de San Petersburgo, en la misma calle donde el alcalde tiene su residencia, sin provocar víctimas. Las explosiones volvieron a evocar el fantasma del terrorismo, sobre todo porque ocurrieron en el aniversario del atentado de Buinaksk. Hace un año, en esa ciudad daguestana, un grupo de terroristas hizo volar un edificio de vivienda causando la muerte de 64 personas.Pero esta vez la policía no cree que se trate de actos terroristas, sino de acciones criminales relacionadas con el comercio. Las víctimas mortales de la explosión ocurrida en el mercado Poletáyevski de Riazán son dos vendedoras, Valentina Kalgánova, de 41 años, y Tatiana Yezhova, de 38. Horas después murió uno de los cinco heridos, de nacionalidad afgana. La policía ya detuvo a cinco hombres pesuntamente relacionados con la explosión, que tuvo una potencia equivalente a 200 gramos de trilita. Todo quedó destruido en un radio de 12 metros, y las autoridades decidieron cerrar todos los mercadillos de la ciudad "hasta que se imponga el orden".

El ministro de Interior, Vladímir Rushailo, declaró que la bomba que estalló en el mercado "no es un acto terrorista como tal", sino un "conflicto local" entre las mafias que controlan el comercio de Riazán.

En San Petersburgo, otra bomba, de una potencia equivalente a 100 gramos de trilita, causó serios daños a la tienda Élite, ubicada en el centro de la ciudad, en la esquina de la calle de Mayakoski con el callejón de Baskov. Por fortuna, nadie resultó herido. No es la primera explosión que ocurre en esa boutique, y la policía piensa que probablemente se deba a la rivalidad por el alquiler del céntrico local. El apartamento del alcalde de San Petersburgo, Vladímir Yákovlev, se encuentra en la calle de Mayakovski.