La versión playera y fresca del fútbol

Uno de los deportes que se traslada a las playas en verano es el fútbol playa, cuya repercusión es cada año mayor. Imitar a los astros del balón en la arena se convierte en una tarea realmente difícil. La versión playera del fútbol es espectacular: goles a porrillo, continuos disparos a portería, ritmo trepidante. Todo en una cancha rectangular de 38,5 metros de largo por 24,5 de ancho. Suficiente terreno para acabar exhausto si la condición física no está a punto. El hecho de correr por la arena resulta agotador hasta para los más virtuosos del balón. La cancha tiene hasta áreas, marcadas por líneas imaginarias señaladas por banderines. El balón del fútbol playa es un híbrido entre los utilizados en fútbol y en voley playa. Como se juega con el pie desnudo (se puede utilizar calcetines y tobilleras) es ligero y agradable al tacto. Los equipos de fútbol playa están compuestos por cinco jugadores, entre ellos el portero, según las normas de Fútbol Playa de la Real Federación Española de Fútbol. Los partidos tienen una duración de 36 minutos divididos en tres periodos de 12 minutos cada uno. Los expertos recomiendan dosificarse debido al desgaste que supone correr por la arena. En el norte de España los partidos en la playa tienen una gran tradición, aunque allí se juega sobre arena dura. La arena blanda dificulta los regates y la conducción de la pelota, por eso el juego es diferente al desarrollado en tierra o hierba. Otras reglas del fútbol playa son éstas: todas las faltas son directas y las debe lanzar el jugador que las ha recibido; el saque de banda se puede utilizar con la mano o con el pie, pero nunca se puede obtener un tanto directo desde la banda, mientras en los saques de esquina, que se sacan con el pie, sí se puede obtener gol.