Detenidos tres yugoslavos en Torrevieja por trata de blancas

La Guardia Civil ha detenido en Torrevieja a tres ciudadanos de nacionalidad yugoslava por obligar a mujeres a prostituirse. Supuestos miembros de una red mafiosa que se dedicaban a traer mujeres de su país bajo promesas de trabajo, los detenidos, que hoy pasarán a disposición del juez de Torrevieja, obligaban luego a las chicas a prostituirse en locales de alterne de la provincia de Alicante. Uno de los apresados tiene una orden internacional de captura y será extraditado en las próximas horas, según fuentes del caso. Dos de ellos ya fueron detenidos en 1997 por hechos similares en un prostíbulo de La Vega Baja. La Guardia Civil admite que grupos criminales procedentes de países del este se han consolidado en la provincia de Alicante. Se dedican, fundamentalmente, a captar a chicas jóvenes en sus países de origen, a quienes prometen trabajos dignos y bien remunerados en España. Se encargan de trasladarlas y, en muchos casos, les arrebatan los pasaportes para que queden indocumentadas.

Una vez en la provincia las introducen en locales de alterne, donde las obligan a prostituirse y a entregarles buena parte del dinero que obtienen comerciando con sus cuerpos.

Recientemente, la policía detuvo a otras tres personas, dos de ellas de nacionalidad española, por retener a una joven yugoslava en un club de alterne de Alicante. La chica fue rescatada por agentes policiales. La joven escribió una carta a un familiar que reside en Londres para ponerle al tanto de la situación en la que se encontraba. Alertada la policía, irrumpió en el local, a las afueras de la ciudad, rescató a la chica y detuvo a sus presuntos secuestradores.

La banda que retenía supuestamente a la yugoslava creó una mercantil que se encargaba de explotar el negocio, a cuyo frente colocó a un testaferro, encargado a su vez de mantener contactos con otros grupos organizados en el extranjero cuya misión consistía en captar mujeres necesitadas de trabajo.

La organización incluía viviendas en las que se alojaban las secuestradas, siempre sometidas al yugo de la vigilancia, y un sistema de traslado y custodia de las mujeres desde estos pisos al club.

En la comarca de La Marina también han aflorado grupos de mafiosos del este europeo. La Guardia Civil atribuye a la mafia rusa los asesinatos de dos mujeres cuyos cuerpos aparecieron despedazados en dos puntos de la A-7, a la altura de Altea.