Un centenar de cadáveres hallado entre la basura en Filipinas

El número de muertos por el derrumbamiento de una montaña de basuras, el lunes, en Manila, se acerca ya al centenar, mientras continúa el rescate de cadáveres y posibles supervivientes. Según el Consejo Coordinador para Catástrofes Nacionales, aún hay otro centenar de desaparecidos en Payatas, a 12 kilómetros al noreste del centro de Manila, y 60 heridos ingresados en los hospitales locales. Sin embargo, la cifra de desaparecidos puede ser mayor, dado que el derrumbe sepultó, según varios medios, unas 300 chabolas en las que vivían alrededor de mil familias. Las operaciones de rescate, en las que participan grupos de voluntarios, proseguían ayer, en medio del intenso hedor del vertedero y la dificultad añadida de la lluvia intermitente, que contribuye a ablandar aún más el suelo. Testigos presenciales hablan de escenas de horror, con supervivientes a los que no se ha conseguido desenterrar completamente y a los que se mantiene con vida gracias a mascarillas de oxígeno.

Dos días después de la tragedia, Payatas amaneció ayer envuelta en el pestilente olor de la basura en descomposición mezclada con el gas metano expedida por ésta. Este gas es el responsable de la muerte de muchas de las víctimas, mientras que otras perecieron tras caerse un cable eléctrico que al contacto con el metano produjo un incendio de considerables dimensiones.

El lunes, tres toneladas de basura cayeron sobre las chabolas de la colonia conocida como Lupang Pangako, cuya traducción, Tierra Prometida, parece una broma macabra. El vertedero, de una extensión como tres campos de fútbol, se hundió debido a la erosión del terreno tras una semana de lluvias torrenciales.