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Brasil se moviliza en una jornada nacional contra la violencia

El índice de asesinatos es de 25 por cada 100.000 habitantes

Juan Arias

Vistiéndose de blanco, apagando al anocher las luces de las casas y colocando una vela en las ventanas, Brasil celebró el viernes su gran jornada contra la violencia organizada por más de 250 instituciones no gubernamentales de dentro y fuera del país, entre ellas la Unesco, bajo el lema "Basta. Yo quiero la paz". Brasil es uno de los países más violentos del mundo con un índice nacional de 25 homicidios por cada 100.000 habitantes. Con la media escalofriante de 20.000 asesinatos al año, cuyas víctimas en su mayoría tienen entre 15 y 25 años, y una policía tachada de ser la más violenta y peor preparada del mundo, Brasil celebró más que una marcha, una auténtica jornada de reflexión sobre la paz. Desde las primeras horas de la mañana en los 23 Estados que forman el país, millones de ciudadanos salieron a la calle con alguna prenda de color blanco. Empleados de hoteles y de grandes empresas fueron a trabajar también de blanco. Hasta el presidente de la república, Fernando Henrique Cardoso, uno de los pocos políticos que se sumó a la jornada contra la violencia, apareció en público con una camisa inmaculada.Niños de las escuelas públicas y privadas desfilaron por las calles de ciudades y pueblos, pintaron murales sobre el tema de la violencia y colocaron fotos de las víctimas de la violencia en los grandes murales colocados en los centros de las ciudades. Esos murales viajarán ahora hasta el Parlamento de la República para exigir mayor seguridad ciudadana y mayor justicia social. En el imponente mural de Río de Janeiro, de 143 metros de largo, colocado en el Largo Carioca, y apellidado el muro del dolor, no quedó ni un centímetro vacío. Lamentos de familias destrozadas por la violencia y mensajes de paz desesperados acompañaban a las fotos de las víctimas.

Por primera vez, la Policía Militar, el blanco mayor de las acusaciones contra la violencia en este país, quiso también adherirse a una manifestación por la paz. En el mural de Río fueron pegadas más de 500 fotos de policías asesinados en los últimos cinco años con el lema "También nosotros queremos paz". Precedido por el retoque de una campana fabricada con 250 kilos de vainas de balas de las dos últimas guerras mundiales y de la guerra de Vietnam y afinada en Do, a la que se unió el repique de las campanas de todas las Iglesias de Brasil, se celebró en todo el país a las siete de la tarde un rito ecuménico en el que participaron más de 20 confesiones religiosas, desde el Candomblé africano a los budistas pasando por católicos, protestantes y animistas.

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