España invirtió el año pasado un 176% más en el extranjero

España invirtió en el mundo 8,4 billones de pesetas el año pasado, un 176% más que en 1998. Una cifra récord y el gancho que utilizó Juan Costa para estrenarse ayer ante la prensa como secretario de Estado de Comercio y Turismo. Costa también informó de que la inversión extranjera en España había alcanzado los 4,4 billones en 1999, un 88% más que el año anterior. El secretario de Estado de Comercio y Turismo mató, además, dos pájaros de un tiro al presentar las cifras en el marco de la Feria Internacional de Poznan (Polonia), donde 154 empresas españolas intentan aprovechar el protagonismo de España para ganar presencia en un importante mercado de Europa del Este, en el que siete países de la UE, encabezados por Alemania, le llevan la delantera.

América Latina ha sido en 1999 la estrella de las inversiones españolas con la misma fortaleza que durante los últimos cinco años. La región se ha llevado el 63,10% del total, lo que representa un aumento de 6,22 puntos porcentuales sobre 1998. España se afianza así como el segundo mayor inversor en América Latina, sólo por detrás de EEUU.

Argentina y Brasil

No obstante, en algunos países del Cono Sur americano, España es el primer inversor. El año pasado, los dos países latinoamericanos que más dinero español barrieron para casa fueron Argentina y Brasil. Sólo dos operaciones españolas en estos países bastan para dar una idea de la magnitud de los fondos que recibieron. Una fue la compra de la petrolera argentina YPF por parte de Repsol por 2,4 billones de pesetas y el desembarco de Telefónica en el sector de la telefonía móvil brasileña con un desembolso de casi un billón de pesetas. Según Costa, el 15% del total de las inversiones en América Latina el año pasado procedieron de España.

Otros países también han elegido con más frecuencia a España para invertir directamente o para utilizarla como puente hacia América Latina. La cifra bruta de 4,4 billones de inversión extranjera en España corresponde a fondos destinados a sociedades españolas no cotizadas en Bolsa, es decir, al aumento de distintas operaciones en el mercado español como la constitución de sucursales o establecimientos, y la ampliación de capital de las sociedades locales.