Sancti petrensis

La misma semana en que un grupo de investigadores descubre un nuevo caracol marino, de un centímetro de longitud, en aguas de Chiclana, los socialistas gaditanos también descubren que sus problemas internos son cíclicos y que, como el caracol, no flotan. Al caracol lo han llamado trapania sancti petrensis, ya que fue descubierto en la costa de Sancti Petri. A lo del PSOE lo han llamado crisis.Como una imagen supuestamente normalizadora de la política, la semana se ha cerrado con una fotografía de Francisco Menacho, cuya destitución como delegado del Gobierno de la Junta de Andalucía en Cádiz ha desencadenado la crisis que ya estaba tan larvada como el sancti petrensis.

Quince años después, el ex alcalde de Olvera encara a la cámara y a los alumnos del Instituto Zaframagón de su localidad con una cazadora sport azul, sin corbata y con una sonrisa de media caña. Tendrá que superar Francisco Menacho la prueba del teléfono. Romper la dependencia del mancuentro debe ser lo más difícil.

Después le queda ponerse al día en sus clases de literatura: lo de los Machado, Lorca y Aleixandre ha cambiado poco, pero la metodología que conocía Menacho, cuando dejó las aulas en 1985, es ya historia. Eso debe saberlo bien, y va a probar su propia medicina, porque fue delegado de Educación antes que de Gobernación, que es como monaguillo antes que fraile.

Si la crisis continúa, será necesario elaborar un libro de estilo periodístico para atinar con las denominaciones de los sectores, familias, sensibilidades o núcleos de poder que se registran en el PSOE, un partido que parece caminar hacia la atomización de candidatos que recogían Goscinny y Uderzo en Astérix y los Godos: cada cuatro militantes detrás de un líder. Al final, más carteles que simpatizantes; más jefes que indios.

Quizás sea éste el problema, que el socialismo gaditano tenga demasiados referentes de los llamados naturales o históricos: Manuel Chaves, Luis Pizarro, Alfonso Perales, Rafael Román, José Luis Blanco... y otro medio centenar de militantes que aspiran a ser líderes renovadores, del socialismo del siglo XXI, la nueva voz de las bases, que llevan años en silencio. Como el caracol de Sancti Petri.

ANTONIO HERNÁNDEZ-RODICIO