El juez autoriza la segunda autopsia al guineano que murió en una comisaría

El juez que investiga la muerte de Antonio Augusto Fonseca, ciudadano de Guinea Bissau de 32 años que murió el pasado sábado en la comisaría de Arrecife (Lanzarote), autorizó ayer una segunda autopsia al cadáver solicitada por la familia del fallecido. La necropsia correrá a cargo del profesor de Medicina Legal José Antonio García Andrade. La policía relaciona las sospechas de la comunidad guineana de que Fonseca sufrió torturas en la comisaría con el ataque a la vivienda de un agente en la isla.

La abogada de la familia de Fonseca, Amparo Banqueri, informó ayer de la decisión del juez de permitir una nueva autopsia después de que la primera no detectase signos de violencia y atribuyese la muerte a una sobredosis de droga. Los parientes del guineano, entre ellos su hermana Amalia, sostienen que el cuerpo del fallecido presentaba señales de violencia (aportaron fotos tomadas en la morgue en las que se aprecian erosiones en la cara) y que murió asfixiado. Tanto la familia como la comunidad guineana han anunciado su intención de manifestarse en protesta por el racismo que a su juicio está a la base de este trágico óbito.La letrada Banqueri negó además que el fallecido tuviese antecedentes por posesión o tráfico de drogas como sostiene la policía en su informe de la detención de Fonseca.

El encargado de la segunda necropsia, el profesor García Andrade, ha intervenido en casos rodeados de polémica. Asistió a la familia de una de las tres víctimas del caso Alcàsser, y en el de un subsahariano cuyo cadáver apareció hace dos años en Arganda (Madrid), y en cuyo cerebro encontró señales de golpes que en una primera autopsia no fueron detectadas.

La vivienda de un policía nacional de la comisaría de Arrecife sufrió ayer un ataque de desconocidos que causaron importantes desperfectos, sobre todo en el jardín, según informaron a Efe fuentes policiales. Varios agentes de Arrecife han denunciado que han sido objeto de amenazas por parte de inmigrantes desde la muerte en comisaría de Antonio Augusto Fonseca. Fuentes de la comisaría indicaron que entre los agentes existe malestar ya que los inmigrantes ponen en duda su honestidad.