No quieren la ecotasa

La ecotasa, como se sabe, es un impuesto que se aplicaría a los turistas por el uso y en no pocas ocasiones abuso del medio ambiente. Se trata de una iniciativa fiscal que concibió el Gobierno balear para salvaguardar sus recursos naturales amenazados por la sobreexplotación. Por el momento sólo es una propuesta que comienza a abrirse paso, aunque con dificultades. Por el momento, la patronal hotelera, por boca de su vicepresidente, el benidormense Pere Joan Devesa, ya le ha plantado cara, amenazando con recurrir a los tribunales si se grava con dicha tasa a los turistas. Se comprende: a mayor precio menos competitividad. Pero es cuestión de tiempo porque nuestro patrimonio natural es escaso y algún día tendrá que empezar a ser selectivo, tanto por su excelencia paisajística como por la calidad de los servicios. Y eso requiere inversión y filtraje de la clientela. Que hoy por hoy se opongan no ha de sorprendernos, pero no es una medida descabellada ni ha de resultar aflictiva para nuestra clientela turística en la medida que vaya mejorando su cualificación. ¿O es que estamos condenados al aluvión masivo y menos dotado económicamente?