Detenidos tres 'narcos' en Madrid con un lanzagranadas listo para disparar

Tres narcotraficantes franceses han sido detenidos en Madrid cuando se dirigían hacia el sur de España con un lanzagranadas antitanque cargado y listo para disparar. El hallazgo del bazuka, modelo M-60 de 64 milímetros, ha desconcertado a la Guardia Civil, que investiga si los detenidos pretendían utilizar el arma para reventar un blindado, para intercambiarlo por drogas o para escarmentar a un grupo rival.

La operación que permitió la captura de los tres ciudadanos franceses comenzó al amanecer del pasado día 16 de forma casual. La Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil había montado un control de carreteras en la Nacional II (Madrid-Barcelona) destinado especialmente a vehículos extranjeros.Los agentes observaron cómo un Peugeot 406 y un Dae-woo, ambos con matrícula francesa y que se dirigían hacia Madrid, iniciaban una maniobra evasiva. Los supuestos narcos sólo lo lograron a medias. El Daewoo fue interceptado, pero el otro vehículo logró saltarse el control. Ocultos en el paso de rueda del coche coreano, los guardias encontraron 480.000 francos franceses (algo más de 11 millones de pesetas).

La persecución del Peugeot concluyó en la calle madrileña de Gregorio Benítez, junto al centro comercial Arturo Soria Plaza. Charles Molina, francés, de 38 años de edad, abandonó allí el coche y continuó su huida a pie. Cruzó Arturo Soria, tomó la calle de la Madre Antonia, junto a la Embajada de China, y ya en la calle de Agastia, junto al colegio San Estanislao de Koska, fue detenido.

Agentes del Grupo de la Policía Judicial del Automóvil de la Agrupación de Tráfico revisaron el Peugeot, robado en Francia. Los guardias encontraron entonces el lanzagranadas, tipo bazuka, "cargado y preparado para disparar".

Usar y tirar

El arma es de "usar y tirar" y de pequeño tamaño -pesa unos tres kilos con el cohete-, pero mortífera. Se trata del modelo M-60 y su calibre es de 64 milímetros.

El lanzagranadas antitanque procede de los países del Este -es de uso habitual por parte del Ejército yugoslavo- y su alcance efectivo es de entre 100 y 400 metros, aunque puede llegar hasta 1,2 kilómetros. El cohete se autodestruye a los seis segundos de vuelo en el caso de que no haya alcanzado su objetivo.

Los detenidos son, además del ya citado Charles Molina, los también franceses Didier Raymond, de 38 años, y Mohamed D., de 29, de quienes se sospecha que se dirigían al sur de la Península o al norte de África para traficar con hachís. Todos han pasado a disposición del Juzgado de Instrucción número 6 de Madrid.

El lanzagranadas ha sido enviado a las dependencias de los artificieros de la Guardia Civil en Valdemoro para su descarga e inutilización. Además, se han pedido informes a la policía francesa y a Interpol sobre el historial de los tres detenidos.

Lo que más preocupa a los investigadores es el destino del bazuka. "Los arrestados no han querido contarnos el uso que pretendían dar al arma, pero tenemos varias hipótesis", indicaron ayer fuentes del instituto armado. Armas similares han sido utilizadas en Centroeuropa en atracos a furgones blindados, aunque también los narcos colombianos las han usado para derribar helicópteros de vigilancia que rastrean la selva en busca de campos de coca.