Juliette Binoche recuerda sus raíces polacas y brasileñas

ENVIADO ESPECIALJuliette Binoche se vistió ayer de negro con tela brillante para enseñar Código desconocido, la nueva película del austriaco Michael Haneke. La actriz, una de las más carismáticas del cine francés, esgrimió su discurso conciliador y aglutinador sobre la inmigración, uno de los temás importantes de su nuevo filme, que reflexiona sobre la situación de los que buscan vida lejos de sus cunas. "Tengo una abuela brasileña y otra polaca, todos somos producto de mezclas que se han hecho en las camas de todo el mundo, y a todos nos tiene que preocupar la vida de los inmigrantes, porque todos estamos hechos por la inmigración", aseguró.

Como la ocasión la pintaban calva, Haneke, director de canas y barba curtida en varias luchas artísticas, pudo alertar acerca de la situación de su país y sobre cómo quitarle azufre al demonio de Georg Haider, el líder del Partido Liberal -qué ironía- de su país, ese que predica palo y ni agua ni pan para los extranjeros. Para Haneke, como no se solucionan las cosas es con medidas represoras y exagerando la situación. "La situación de Austria es deprimente y cabreante. Un país así, con su historia, debería ser sensible al racismo, pero la reacción internacional y las sanciones de la Unión Europea lo único que hacen es reforzar a este hombre, que juega muy bien el papel de víctima", cuenta. Haneke criticó a los artistas e intelectuales que como forma de protesta eligen no ir a Austria. "Yo animo a todos a que vengan, a que rompan ese aislamiento y a que participen allí en manifestaciones o que expliquen a la gente que no puede pasar lo que está pasando", afirmó.

Por otra parte, el mexicano Alejandro González Iñarritu, de 36 años, consiguió ayer la Cámara de Oro, que se otorga a filmes de realizadores jóvenes y arriesgados, por su filme Amores perros. Se trata del mismo premio que el pasado año logró El proyecto de la bruja de Blair.