El refuerzo de pilares agrietados en la Catedral de Sevilla concluirá en agosto

La Catedral de Sevilla está en obras por varios frentes a la vez. Junto a los pilares del trascoro, en los que hace un año se descubrieron unas fisuras que motivaron su intervención para consolidar y estudiar su estructura, se ha iniciado la restauración de cuatro vidrieras, se ha sustituido la lápida de la tumba de Hernando Colón por una nueva de bronce y ha comenzado la limpieza de los aljibes almohades situados bajo el Patio de los Naranjos. Asimismo, se va a reparar la portada del Bautismo. La operación de zunchado (recubrimiento con madera y metal) de los dos pilares del trascoro está a punto de concluir, según Alfonso Jiménez, maestro mayor de la catedral, que calcula que para el mes de agosto habrá terminado esta primera fase. Después se colocarán sensores en arcos, bóvedas, pilares y andamios y se comprimirán los anillos metálicos que los rodean para poder analizar el material de la estructura. "No se ha repuesto la piedra", explicó Jiménez, "los sensores avisarán de cualquier deformación inesperada y de lo que ocurre en el interior de los pilares". En total, el Cabildo catedralicio ha invertido en estos dos años 79 millones de pesetas y prevé otros 40 millones hasta fines de 2000.

Además, se han retirado cuatro vidrieras del siglo XV, en la nave central, y se han sustituido por vidrios transparentes. Dos de las originales se encuentran ya en Alemania, donde la empresa Grasmalerei Peters se encargará de su restauración. "Antes de que termine el año estarán en su lugar. Llevarán un vidrio de protección que las aislará por el exterior de la contaminación. El antiguo estará por el interior del templo, separado un centímetro del nuevo", explicó el arquitecto. El coste de reparación de cada una de ellas es de cuatro millones de pesetas. Hasta ese momento, el trascoro del templo gótico tendrá la misma luz que tenía entre 1450 y 1478, cuando comenzaron a instalarse vitrales.

El Cabildo ha iniciado también la limpieza de uno de los aljibes subterráneos de época almohade situados bajo el Patio de los Naranjos, llenos de agua y escombros. Una vez limpios se redactará un proyecto para determinar su destino. En cuanto a la portada del Bautismo, se realizará una intervención de limpieza que durará nueve meses y costará más de 58 millones y medio de pesetas. Otras obras se realizan en los sótanos del Sagrario y en el Pabellón de Recepción.