De la "guerra digital" al grupo mediático de Telefónica

La gestión desempeñada por el PP desde el Gobierno ha dado la vuelta, como un calcetín, al programa con el que concurrió a las elecciones generales de 1996.Había prometido "garantizar el máximo pluralismo posible que permitan la tecnología y el mercado", pero el Ejecutivo de Aznar se embarcó en una batalla para coartar la participación del Grupo PRISA en la televisión digital. El PP usó al Parlamento para limitar legislativamente la libertad de elección de una tecnología de descodificación y redujo la capacidad de explotar un simple producto televisivo, como son los derechos audiovisuales sobre el fútbol nacional, repentinamente elevado este último a la categoría de bien de "interés general".

No fue escaso el impulso gubernamental para poner en marcha Vía Digital, instrumentado a través de la Telefónica presidida por Juan Villalonga, quien, ya metido en faena, ha concentrado un grupo mediático al añadir Antena 3 Televisión, parte de Recoletos (dueño de Expansión y Marca y, parcialmente, de El Mundo), Onda Cero Radio y la productora Lola Films, entre otros.

El PP también prometió reducir la dimensión de RTVE, atribuirle el papel de "instrumento de difusión de la cultura", garantizar "la objetividad, neutralidad e imparcialidad de la información y respeto al pluralismo", y promover un cambio legal para privatizar las televisiones autonómicas. Lo que realmente ha resultado es una televisión estatal gestionada por tres directores en cuatro años; cada vez más comercial, en la que la cultura tiene una corta presencia, y cuyo manejo político ha provocado una ruptura institucional con el principal partido de la oposición. Y el "exorbitante nivel de endeudamiento" dejado por los socialistas, tal como se recogía en el programa del PP, hoy es más del doble que en 1996.