El amotinamiento militar en Costa de Marfil deriva en un golpe de Estado
El general Gueï se proclama jefe de una junta de salvación nacional compuesta por militares
La revuelta por el impago de los salarios se transformó en Nochebuena en un auténtico golpe de Estado. El líder de los militares amotinados, el ex jefe del Estado Mayor general Robert Gueï, anunció por los micrófonos de Radio Nostalgie la destitución del presidente constitucional, Henri Konan Bédié; la imposición de un toque de queda durante la noche, y la formación de un comité de salvación nacional, compuesto en principio sólo por militares.Los rebeldes reforzaron con blindados sus posiciones en Abiyán -la capital económica de Costa de Marfil-, ante el temor de un contraataque de los militares fieles al presidente Bédié. Éste, que se negaba a aceptar su destitución, comprobó ayer que no disponía de los apoyos suficientes para sostener el envite. A última hora de ayer, Bédié negociaba a través de Francia (la antigua potencia colonial, en uno de cuyos campamentos militares se había refugiado) un salvoconducto para abandonar el país junto con su familia. Las autoridades francesas reforzaron ayer su presencia militar en Abiyán con el envío desde Gabón de un destacamento de 40 soldados.
Costa de Marfil, donde hay crecientes inversiones españolas, era hasta el viernes uno de los países más estables de África, aunque en 1990 sufrió otro amotinamiento a causa del impago de los salarios atrasados. Pero nunca desde su independencia de la metrópoli, en 1960, había tenido rebeliones o Gobiernos militares.
Los rebeldes se hicieron con el control de la radio y de la televisión y ayer conquistaron el resto de la capital. El país está en sus manos. Gueï exigió ayer a sus hombres que devuelvan de inmediato todos los vehículos civiles robados, que cesen en los pillajes y que regresen a los cuarteles.
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