Victoria incompleta

Aunque EE UU y los aliados, en cierto sentido, ganaron la guerra en Kosovo la primavera pasada, la visita de esta semana del presidente Bill Clinton estaba lejos de ser una gira victoriosa. Kosovo se enfrenta a graves problemas y el juicio definitivo sobre la intervención militar de EE UU dependerá del éxito con los afronten Estados Unidos, la ONU y los mismos kosovares. Bill Clinton insistió a la mayoría albanesa de Kosovo sobre la importancia de la tolerancia con sus vecinos serbios. (...) Los albaneses, que antes de la guerra eran el noventa por cien de la población, vivieron durante una década bajo la represión serbia. Después, durante un año fueron el blanco de una campaña sistemática militar serbia que quemó casas y pueblos, mató a jóvenes y ancianos y condujo a la mayor parte de la población fuera del país. Los bombardeos de los aliados forzaron a Milosevic a retirar sus tropas y a permitir a los albaneses regresar. (...) La OTAN y la administración de la ONU en Kosovo no debería tolerar tales abusos al Ejército de Liberación de Kosovo. (...) Es importante permitir a los kosovares tomar más control de sus vidas. Algunos funcionarios internacionales se resisten a permitir elecciones por miedo a que gane la parte peor, los albaneses intolerantes. Pero cuanto más tiempo la ONU y la OTAN controlen Kosovo sin presencia de los propios kosovares, mayor será el peligro de que se les vea como inquilinos poco amistosos. Al menos a nivel municipal, los kosovares deberían tener en poco tiempo capacidad para elegir a sus propios representantes., 26 de noviembre