Ocho dramaturgos europeos y uno marroquí hablan del compromiso

Ocho dramaturgos europeos y uno marroquí analizaron ayer en Sevilla la relación entre teatro y compromiso, dentro de unas jornadas organizadas por el Centro Andaluz de Teatro (CAT). "En Europa existe un teatro que procede de la sociedad e invade la escena, algo que en España no abunda", aseguró Juan Mayorga (Madrid, 1965) cuya última obra, Cartas de amor a Stalin, ha sido producida por el Centro Dramático Nacional.Mientras que el crítico e investigador Gonzalo Pérez de Olaguer se sumó a la postura de Mayorga: "En España se escribe muy poco desde el compromiso con la realidad cotidiana del ciudadano"; el director del CAT, Emilio Hernández, aseguró que la experiencia le demuestra lo contrario. "Cuando hemos programado obras comprometidas con la realidad más inmediata, como La llanura, de Martín Recuerda o Madre Caballo, de Antonio Onetti, la respuesta del público ha tenido más intensidad, fervor y pasión", aseguró Hernández.

Entre los participantes en el Encuentro Internacional de Nuevos Autores se encontraba también la dramaturga turca Emre Koyuncuoglu (Estambul, 1966), quien habló sobre sus experiencias en la utilización del teatro como terapia después del terremoto que sufrió su país. "Elegimos dos obras de títeres y cuenta-cuentos con temás muy abiertos a la improvisación. Así recorrimos los 30 campamentos en los que se alojaron los damnificados por el terremoto. Ha servido de terapia para todos", explicó la escritora.

Mientras que los europeos hablaron del grado de compromiso del teatro actualmente, como lo hizo el británico Noël Greig o los cordobeses Antonio Álamo y Miguel Romero Esteo, el autor marroquí Youssef Raihani (Tetuán, 1963) lamentó que su país carezca aún de un marco legal para el teatro "Para nosotros es un problema la existencia misma del teatro", afirmó.