Juanfran desactiva al Espanyol

Huérfano de delanteros, apela el Celta a los goles de gente que no está en el campo para dedicir partidos. Por ejemplo, Juafran, un lateral izquierdo que sentenció ayer al Espanyol cuando sus jugadores pensaban ya en la ducha. Su tanto convirtió en inútil el cañonazo de De Lucas desde 37 metros de distancia, un fogonazo con el que el grupo de Brindisi esperaba rentabilizar el viaje a Vigo. Pero Rotche rompió la salida de la defensa blanquiazul en el saque de una falta y el defensa céltico hizo subir al marcador un resultado digno para el partido.La nefasta costumbre del Celta de entrar y salir de los partidos le complicó una primera mitad que tenía una pinta espléndida para los de Vigo. Comenzaron aplicando rodillo al Espanyol y tardaron sólo seis minutos en ponerse en ventaja. Andaba cerca de la portería Mostovi distribuyendo el tráfico y en una de éstas le puso un balón a Gustavo López en el pico del área que el argentino golpeó sin piedad. Y hubo más de lo mismo durante los siguientes minutos, con pelotas al larguero y jugadas que morían en el área pequeña, hasta que la defensa claudicó. Nervios atrás e inseguridad por contagio en las restantes líneas, y lo que iba para trámite comenzó a ponerse feo para los de casa. Hubo un detalle medidada la primera parte que le cambió la cara al partido. En pleno desgaste céltico chocaron Makelele y Cáceres. Se detuvo el encuentro y siguió después el Celta algunos minutos con nueve jugadores, y aprovechó el Espanyol para probar suerte.

No necesitó el Espanyol acercarse al área para empatar, ni tampoco aprovechar algunas de esas indecisiones que ha popularizado la defensa celeste. Fue todo mucho más fácil, y a la vez mucho más difícil. Cogió el balón De Lucas en una zona fría del campo y le arreó con tanta violencia que entró la pelota por la escuadra izquierda a una velocidad como pocas veces se ha visto en las viejas porterías de Balaídos. A eso en fútbol se le llama un golazo; de tal calibre que justificó por sí solo la discreta presencia del Espanyol en el partido, pero Juanfran se encargó de que no sirviera para nada.