Excursión

Un domingo fui con mi familia y varios amigos de excursión a un lugar llamado El Hervidero, dentro del término municipal de San Agustín de Guadalix.Aunque ya conocíamos la zona, un artículo publicado en EL PAÍS recomendaba la ruta tanto por el camino en sí como por el lugar de destino.

Se trata de un salto de agua del río que va a parar a una poza junto a un bosque de alisos. Para acceder a él existe un camino forestal que llega desde el final de la avenida de Madrid, por la orilla del río. El paseo dura aproximadamente una hora, aunque con niños de corta edad se alarga un poco más.

Por fin llegamos al Hervidero, y cuál fue nuestra sorpresa cuando descubrimos montones de plásticos, basuras y restos de hogueras llenos de latas oxidadas. En el agua flotaban decenas de botellas de plástico vacías, papel higiénico y otras porquerías.

No pudimos encontrar un sitio limpio para descansar del paseo y nos volvimos inmediatamente por el mismo camino por el que habíamos llegado. No observé en El Hervidero ninguna papelera o lugar para depositar basuras. Sé que lo hay al comienzo del camino y que el hecho de que no existan contenedores no implica que los desperdicios se deban tirar al suelo o al agua. Tampoco en las vías urbanas y en las calles se debe tirar basura o papeles y, por desgracia, si los ayuntamientos no las limpiasen, no se podría andar por las calles.

Éste es el motivo de mi carta, que, igual que se cuidan las zonas urbanas, se cuiden los entornos naturales, sobre todo cuando, como en este caso, merece la pena acercarse no sólo a verlos, sino a disfrutarlos.

E, igualmente, el visitante que encuentra un lugar limpio se siente más obligado a dejarlo tal y como lo encontró, o al menos yo creo que en el camino de que así sea nos encontramos, gracias a tantas campañas ecológicas y a lo que veo que a mis hijos se les enseña y que nosotros mismos les inculcamos.- Paramio. .