Tres sospechosos cubanos

Tres atletas cubanos pasaron a mediados de agosto por una situación desagradable. Acababan de entrar en una relojería-joyería de Guadalajara (ciudad donde tienen establecida su sede para la temporada europea, aprovechando las magníficas instalaciones de la Fuente de la Niña) para comprar unas pilas. Y la dependienta del establecimiento debió de sospechar de ellos, porque avisó a la policía, según comentaron testigos presenciales. Poco después, cuando los atletas ya se habían alejado unos pasos de la tienda, llegó un agente para pedirles la identificación. Los tres deportistas extrajeron de sus bolsillos los pasaportes y se los mostraron. Al ver sus documentos, el policía descubrió que estaba interceptando a uno de los hombres más famosos del atletismo mundial: Iván Pedroso, de 26 años, el gran favorito para llevarse la medalla de oro del salto de longitud en los Mundiales de Sevilla, campeón mundial en 1995 y 1997. Con él iba también el vallista Yoel Hernández. Los atletas, lejos de abusar de su ventaja y salir corriendo, mostraron pacientemente sus documentos (Pedroso los sacó junto con unos billetes de Iberia, como se ve en la foto). Después, se fueron y no hubo nada. Y probablemente sospecharon por qué habían resultado sospechosos.