Mensaje de tranquilidad a los inversores

Los sectores del régimen menos dados a excesos, sorprendidos por el aplastante triunfo del presidente Chávez, se han apresurado a pedir generosidad con los vencidos, a los que hasta ayer poco menos que se quería pasar a cuchillo. Preocupado por la reticencia de los inversores extranjeros, el ministro de Exteriores, José Vicente Rangel, fue el primero en lanzar el mensaje. "Ahora podemos ofrecer a los inversores extranjeros la seguridad de la que antes no gozaban en Venezuela", dijo Rangel, temeroso de una espantada del capital foráneo, que agravaría la crisis que atraviesa el país, la peor de las últimas décadas: en los primeros tres meses de este año el Producto Interior Bruto se desplomó un 9,9%, cuando hace dos años crecía a un ritmo del 5%. Medio millón de nuevos parados desde que Chávez asumió la presidencia, en febrero, configuran una situación explosiva.Representantes del dinero internacional se han mostrado preocupados por que la nueva Carta Magna de Chávez se incline hacia el socialismo, vistas las veleidades populistas del presidente y su alianza con sindicatos, izquierdistas e incluso comunistas.

Fuentes del sector moderado, encabezado por Rangel, confían en que Chávez se incline finalmente por no disolver el Congreso y la Corte Suprema, puesto que podrá disponder de una Constitución a su gusto, convocar elecciones, y evitar la zozobra que un enfrentamiento con estas instituciones podría desatar entre los inversores. No proceder contra ellos tendría la ventaja de que Chávez podría seguir disponiendo de una cabeza de turco a quien culpar de la situación, a pesar del balón de oxígeno que supone el alto precio del petróleo.