La federación del campo ugetista se moviliza para exigir un subsidio agrario

La paz social del campo está en peligro. UGT lanzó esta advertencia ayer para exigir al Gobierno que cumpla el acuerdo firmado hace tres años en el que asumió el compromiso de crear el desempleo contributivo para los trabajadores eventuales agrarios. El sistema debería haberse puesto en marcha en enero del 1998, pero aún sigue sin aplicarse. El sindicato ha convocado movilizaciones para julio, agosto y septiembre y ha advertido que, si hace falta, las protestas continuarán durante la campaña electoral de las generales. Pero es más, Juan Aguilar, secretario general de la Federación de Trabajadores de la Tierra, recordó que los obreros del campo tienen en sus manos un arma para forzar al Gobierno y a la patronal: no recolectar los productos perecederos. "Si nos empujan a radicalizar las protestas (los empresarios), no se van a ir de rositas y vamos a golpear donde con mayor dureza podamos golpear", advirtió. La negociación entre las centrales y el Gobierno quedaron rotas en junio, después de que el Ministerio de Trabajo hiciera una propuesta que UGT considera una "provocación" porque excluye al 95% de los eventuales. Aguilar dijo que el Gobierno "está secuestrado" por Asaja, la mayor patronal agraria, y acusó al PP de haber firmado el acuerdo para "lavar su vergüenza" por haber "demonizado" el sistema de protección agrario.