Lars von Trier "danza" con Björk y Deneuve

Desde hace unos días la ciudad sueca de Trollhätan, de 42.000 habitantes, en la costa occidental, cercana a Gotemburgo, se ha convertido en el escenario de un musical dirigido por el danés Lars von Trier, Dancer in the dark. Dos presencias femeninas de gran personalidad, la francesa Catherine Deneuve y la cantante islandesa Björk, ponen una nota relevante a este filme, al que el solo nombre del director danés le imprime un sello de calidad.

El argumento del musical se desarrolla en una pequeña ciudad industrial de la costa occidental de Estados Unidos, en los años sesenta, y la explicación de que no se haya filmado allí y se haya elegido la ciudad sueca no es otra que la conocida fobia del director danés por los viajes en avión. La actriz francesa explicó que había quedado impactada cuando vio el filme de Von Trier Rompiendo las olas y que decidió, "sin muchas esperanzas", escribirle ofreciéndose para algún papel en un filme dirigido por él. El director danés no hizo oídos sordos a la petición y la llamó para este filme.

La cantante islandesa, que había hecho una furtiva aparición ante las cámaras en Prêt-à-porter, del director americano Robert Altman, había aceptado escribir la música para las canciones y escenas de danza, pero terminó aceptando también una breve aparición en la pantalla. Las relaciones de Björk con el director danés no han sido, sin embargo, muy fluidas. "Ambos somos muy empecinados", ha dicho Von Trier, "lo que es una ventaja y al mismo tiempo una desventaja". Pero la sangre nunca ha llegado al río y todo funciona con normalidad.

En el argumento, Selma (Björk) hace el papel de una joven emigrante europea, madre soltera, que acepta un trabajo inferior para poder pagar la operación de su hijo amenazado de quedar ciego. Catherine Deneuve es la amiga mayor que le servirá de apoyo en sus peripecias.

Otras figuras conocidas integran el elenco, como el actor sueco Peter Stormare y el franco-americano Jean Marc Barr. Stormare sustituyó en el último momento a Stellan Skarsgard, premiado por su papel en Rompiendo las olas, al que compromisos anteriores le impidieron aceptar el papel.

Björk ha declarado que aceptó la proposición de Von Trier porque "no hiere" sus principios. "En su filme yo no seré otra cosa que Björk y no creo que Lars esté enamorado de mi personaje. Él no se enamora más que de sus filmes".