El reformado Museo de los Volcanes de Olot invita a vivir las sensaciones de un terremoto

La flamante reforma del Museo de los Volcanes de Olot, abierta al público desde este fin de semana, tiene como principal atractivo un espacio que reproduce movimientos sísmicos de entre 7 y 8 grados de la escala de Mercalli y que hace vivir al visitante las mismas sacudidas del terremoto que en 1427 arrasó la población. El ingenio, único en Cataluña, consiste en una plataforma móvil con capacidad para una veintena de personas que vibra y oscila como si se tratase de la corteza terrestre sometida a las insondables fuerzas tectónicas. La simulación se enriquece con un montaje audiovisual paralelo que ayuda a la recreación del fenómeno. En el vídeo se repasan los terremotos que durante el siglo XV convulsionaron la zona noreste de la Península Ibérica y se incluyen imágenes de otros movimientos sísmicos más recientes de similares características. Las reformas efectuadas en el museo, con el simulador a la cabeza, tienen como principal objetivo popularizar el centro e incrementar su capacidad divulgativa. En muchos casos se han actualizado y reducido textos a cambio de potenciar la información audiovisual. La instalación de nuevas maquetas, gráficos y fotografías consigue hacer más amena y espectacular la explicación del fenómeno del vulcanismo en la comarca de la Garrotxa. El proyecto se ha orientado principalmente hacia las visitas escolares. Uno de los decorados consiste en un enorme corte geológico del territorio que explica las causas de la aparición de los volcanes y su funcionamiento. El museo hace un repaso a la biografía geológica de algunos de los volcanes más famosos del territorio: Montsacopa, Santa Margarida y Croscat; sin olvidar la génesis del impactante risco basáltico de Castellfollit de la Roca. En una de las salas se ha emplazado un sismógrafo, el aparato destinado a medir la intensidad de los terremotos, que recibe la información directa desde uno de los volcanes de Olot. Además de profundizar en los fenómenos del vulcanismo y los terremotos, el museo permite conocer el medio físico y los diversos ecosistemas que conforman una comarca de exuberante vegetación y repleta de conos que los vulcanólogos consideran inactivos, pero nunca extinguidos. El museo de los volcanes incluye ordenadores provistos de pantallas táctiles que conectan al visitante, a través de Internet, con bloques de información relacionada con el vulcanismo.