La huelga del transporte turístico de Baleares acaba en 10 horas tras pactarse un incremento salarial del 8%

La huelga en el transporte discrecional turístico de Baleares, iniciada en la madrugada del viernes por los sindicatos UGT y CCOO para que se prolongara hasta la medianoche del domingo, y que amenazaba con bloquear el tránsito de pasajeros por los aeropuertos insulares, se solventó a las diez horas de haber comenzado. La patronal aceptó ayer las reivindicaciones sindicales y los 2.000 conductores volvieron al volante. El pacto establece una subida salarial del 8% para este año, de tal forma que el incremento acumulado entre 1998 y el año 2000 totalizará el 15%. La jornada laboral no será superior a las nueve horas, con un cómputo semanal de 45 horas en seis días. El salario base fijado para el año 2000 será de 151.085 pesetas.6.000 pasajeros afectados

Hasta las diez de la mañana de ayer, el paro provocó molestias a unos 6.000 viajeros, en su mayoría turistas extranjeros. Las empresas hoteleras y las agencias de viaje tuvieron que desplazar con mucha antelación a miles de clientes a la terminal aérea de Palma de Mallorca, antes del posible colapso por falta de autobuses y para no perder los vuelos programados.

Algunos turistas extranjeros, alarmados por un hipotético caos, se desplazaron al aeropuerto 23 horas antes de la salida de su vuelo. A su vez, varios centenares de visitantes que acababan de llegar a la isla se rebelaron y discutieron con los huelguistas ante las dificultades que encontraron para trasladarse a sus hoteles.

El dispositivo de emergencia preparado para hacer frente al posible conflicto de tres días -350.000 viajeros tienen previsto su paso por las islas- convirtió en una gran sala cafetería-dormitorio la vieja terminal de Palma de Mallorca. Veintiocho mil bocadillos y centenares de colchonetas estaban preparados.

Las 10 horas que duró la huelga estuvieron marcadas por la presencia de piquetes, que llegaron a generar momentos de tensión con los pasajeros afectados y con otros conductores de transportes alternativos. La policía cargó en dos ocasiones contra los grupos de huelgistas. Algunos incontrolados pincharon las ruedas de varios autobuses cuyos propietarios no secundaron la huelga.