Edificios singulares
Al norte del Central Park, en los límites de Harlem, hay una catedral, la de San Juan el Divino, en la que Santiago Calatrava combinó el neogótico original con el peculiar aspecto de estructura esquelética de sus diseños.Ese proyecto del año 1991 en Nueva York, consistente en la ampliación y reforma del templo, es uno de los más divulgados del arquitecto valenciano, que tiene dispersas por el mundo numerosas obras catalogables dentro de dos grandes grupos: los puentes y los edificios singulares.
Discípulo de Félix Candela, cuya concepción geométrica de las estructuras arquitectónicas se superpuso a su propia formación artística, escultórica e ingenieril, Santiago Calatrava confiesa y revela una fascinación por lo orgánico y sus trabajos evocan a menudo pájaros, peces, órganos físicos, huesos y músculos humanos.
La Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia, actualmente en construcción, es un buen ejemplo de ello. El único de los edificios del complejo ya en funcionamiento, L"Hemisfèric, un planetario y cine hemisférico, es como un enorme ojo abierto al firmamento.
Valencia tiene también puentes de su arquitecto más famoso, y una estación de metro. Estaciones y puentes llenan una buena parte del currículo de Calatrava. La estación de ferrocarrill de Stadlehofen, en Zúrich (Suiza), y la del aeropuerto de Lyon (Francia), son dos de sus creaciones más conocidas, así como el puente sobre el Guadalquivir, en Sevilla, con sus tirantes como tensas cuerdas de arpa.
Los edificios singulares diseñados por Calatrava, entre los que no hay que olvidar las torres de comunicaciones -como la que construyó en Barcelona o la que proyectó precisamente para la Ciudad de las Ciencias de Valencia y fue desestimada al cambiar el signo político en la Generalitat valenciana-, incluyen museos, como el Milwaukee (Estados Unidos) o el pabellón de Kuwait que diseñó para la Expo de Sevilla.
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