Kahn mete al Bayern en la final

Las espectaculares paradas del meta Oliver Kahn en los primeros veinte minutos del primer tiempo y un golazo de Mario Basler pusieron al Bayern de Múnich en la final de la Liga de Campeones. Los primeros minutos del partido se caracterizaron por una clara supremacía del Dinamo que tuvo las mejores posibilidades de gol y que ya en el primer minuto obligó a lucirse a Kahn, que tuvo que desviar a saque de esquina un remate de larga distancia de Alexander Khatskevich. Luego, en el minuto 6, Kahn volvió a salvar a su equipo al ganarle un mano a mano a Valentin Belkewitch y pocos minutos después repitió su papel de salvador ante un cabezazo de Khaskevich. El Bayern, en cambio, se demoró en entrar en el partido y sólo llevó peligro a la puerta contraria en el minuto 25 con un remate de distancia de Mario Basler que salió ligeramente desviado y que fue como un aviso del excéntrico jugador de que iba a convertirse en la figura del encuentro.

Diez minutos después, Basler recogió una pelota pegado a la banda derecha, sacó del camino a dos contrarios buscando la cabecera del área y desde allí sacó un remate con la pierna izquierda que golpeó el segundo palo de la portería de Alexander Shovkovsky, antes de ir al fondo de la red. El golazo de Basler, que en el intermedio fue calificado por Franz Beckenbauer como un gol del ensueño, le infundió fuerzas al Bayern que en el segundo tiempo, pese a no lograr marcar el segundo gol, dominó claramente al rival y mostró un fútbol de alta calidad.

El gran rendimiento de Basler y de Carsten Jancker propició que se produjeran varias posibilidades de gol, dos de las cuales fueron increíblemente desperdiciadas por Alexander Zickler en los minutos 50 y 57. El dominio claro del Bayern se debió en parte a que el Dinamo se vio obligado a atacar, lo que fue aprovechado por los bávaros para abrir espacios en el centro del campo y contragolpear aprovechando la velocidad de Basler y de Zickler.

Kahn, de quien al final del partido el técnico Otmar Hitzfeld dijo que había demostrado que era el mejor portero del mundo, no tuvo ya en los últimos minutos mayores posibilidades de lucimiento pero sin su gran trabajo en los primeros minutos tal vez otra hubiera sido la suerte del Bayern. Ahora los bávaros, tras doce años de ausencia, están otra vez en la final de la máxima competición europea de clubes y pueden lograr el sueño de la triple corona de Liga de Campeones, Copa de Alemania y Bundesliga.