Aranda define su última película, "Celos", como un filme de "cine negro"

Una noticia de prensa dio al director catalán, Vicente Aranda, la idea del final de una historia que reconstruir. Junto a Álvaro del Amo contaba sólo con esta premisa para elaborar un relato "que había que justificar y reconstruir", esta vez desde "la libertad de expresión que ofrece un guión original", dijo el director, y "sin una novela previa que representar", como ocurrió con La pasión turca. El resultado es Celos, título de la última película del realizador que estos días se está rodando en Tavernes de la Valldigna y que cuenta como protagonistas con Aitana Sánchez-Gijón y el actor mexicano Daniel Giménez Cacho. El director y los actores, entre los que también figuran Maria Botto, Luis Tosar, Alicia Sánchez y José Luis Oliva, presentaron ayer, con casi dos horas de retraso del horario previsto, en Gandia la nueva película. Aranda aborda en su nuevo trabajo el tema de los "celos retrospectivos", hacia amantes del pasado, y traslada este sentimiento a una pareja cotidiana entre una empaquetadora de naranjas y un camionero. La historia se desarrolla en una localidad naranjera, y el drama conjuga el amor, la pasión y el sexo con el sentimiento de los celos cuando el protagonista, Antonio, descubre una antigua relación amorosa de su mujer. "Las tragedias en un medio con pocas herramientas para defenderse culturalmente son tanto o más tragedias", explica el director. Pero el realizador define Celos como una película de "cine negro", al estilo de El cartero siempre llama dos veces, y en la misma línea que uno de sus últimos trabajos de mayor éxito, Amantes. Aranda convierte a uno de sus personajes "en un detective de la historia de su mujer, que en su trabajo itinerante, va encontrando detalles que le llevan a suponer algo de lo que no ha sido informado y trata de conseguir esa información". Esa indagación acabará convirtiéndose en una obsesión, un drama psicológico que culminará en tragedia. Y en esta historia Aitana Sánchez-Gijón es Carmen, la mujer de Antonio y el desencadenante de su obsesión. La actriz eligió este guión de otros que le ofreció Aranda interesada, explicó, por "cómo aborda el tema de los celos y cómo se mete de manera casi claustrofóbica en la vida íntima de una persona aparentemente normal". De su cargo como presidente de la Academia de Cine español dejó constancia la actriz cuando un periodista preguntó al director si continuaba siendo remiso a recoger premios. "Esta vez me encargo yo de que vaya a recoger el Goya", dijo en tono de broma Aitana, en caso de que obtuviera tal galardón, claro está.