Unió acusa a Convergència de marginarla de la campaña electoral

Convergència i Unió (CiU) está condenada a ser un puchero en perpetuo hervor. Los democristianos, por boca de su portavoz, Eugeni Pérez-Moreno, expresaron ayer su malestar por el hecho de que no se les tenga en cuenta en las campañas electorales de la coalición. La permanente del comité de gobierno de Unió se desayunó con el encarte del candidato a la alcaldía de Barcelona, Joaquim Molins, que apareció ayer en los diarios de esta ciudad. El alcaldable de CiU compartía las páginas del encarte con Magda Oranich, la independiente número dos de la lista. Los dirigentes de UDC se preguntaban ayer: ¿Por qué si en la publicidad de las municipales sale la número dos no sucede lo mismo en el encarte que ya se está preparando para las europeas? Y siguieron las preguntas. ¿Por qué el secretario general de CDC, Pere Esteve, se presenta en solitario a los actos de la precampaña junto a candidatos a alcalde de la coalición? ¿Por qué no salen los logotipos de los partidos en toda la propaganda de la coalición, tal como estipulan los acuerdos suscritos por ambas formaciones? Buscar la ruptura Para los dirigentes de Unió hay diversas respuestas a estas preguntas, pero una sola sensación: la de que sus propuestas son desoídas. "Estamos hartos de que sistemáticamente se ignoren nuestras propuestas y parezca, a ojos del electorado, que sólo hay un partido", señaló un dirigente de UDC. Pérez-Moreno, se mostró más comedido y denunció la existencia de "un cúmulo de problemas"; problemas que, en opinión de otros dirigentes de la formación democristiana, provienen de la fiebre de partido que ha invadido a Convergència en los últimos años -tiempos de pospujolismo- y especialmente en los últimos meses. "Intentan diluir cualquier diferencia de partido y así mostrar su perfil propio; a veces creo que quieren buscar la ruptura de la que tanto nos acusan", subrayó un dirigente de UDC. PASA A LA PÁGINA 5