Manchester y Bayern encarrilan su pase a las semifinales

El Manchester United y el Bayern Múnich encarrilaron con sendos resultados de 2-0, ante el Inter de Milán y el Kaiserslautern, respectivamente, su pase a las semifinales del torneo. El Juventus de Turín, aunque venció, por 2-1, un mejor resultado que el cosechado por el Real Madrid, encajó también el peligroso gol que puede ser decisivo en caso de empate en la eliminatoria. El Olympiakos griego marcó el tanto de penalti, por un agarrón del portero Peruzzi. Era ya en tiempo de descuento y el árbitro que se atrevió a pitarlo fue el español García Aranda, que acabó increpado por el centrocampista Davids.

Manchester United, 2; Inter, 0

El mejor ataque de la Liga de Campeones (22 goles) se impuso a la mejor defensa (7). La sociedad Beckham-Yorke fue la que funcionó esta vez. El centrocampista dio los dos pases decisivos y uno de los dos delanteros del Manchester puso los remates casi a placer. Yorke es ya el máximo goleador del torneo, con siete tantos, igualando a Zahovic, yugoslavo del ya eliminado Oporto.

Bayern, 2; Kaiserslautern, 0.

La máquina bávara volvió a funcionar en Europa, quizá porque el partido parecía de la Bundesliga, donde el Bayern está arrasando. De hecho venía de aplastar al mismo Kaiserslautern por 4-0. Tras algunos apuros en la primera media hora, en los cinco minutos siguientes resolvieron el brasileño Elber y el fino centrocampista Effenberg.

Juventus, 2; Olympiakos, 1.

El Juventus, que dominó ampliamente el encuentro, desaprovechó demasiadas ocasiones de gol y aunque un 2-0 parecía suficiente, el gol postrero del Olympiakos le obligará a sufrir lo indecible en Atenas. Allí, en los ambientes siempre temibles de los aficionados griegos, un 1-0 les bastaría a los locales para plantarse en semifinales y darle otro disgusto a la vecchia signora, en horas bajas esta temporada en la Liga. Los tantos de Inzaghi, de una gran volea con la izquierda, y de Conte, tras un gran servicio de Zidane, parecían bastar, pero Niniadis no desaprovechó el penalti y amargó la noche italiana.