Rabat supervisará los movimientos de las embajadas en Marruecos

El Gobierno de Marruecos intenta poner en práctica una serie de normas destinadas a reglamentar y supervisar los movimientos y contactos de los diplomáticos extranjeros acreditados en el país. Una circular del secretario general del Ministerio de Relaciones Exteriores, enviada a las embajadas en Rabat con fecha del 31 de diciembre de 1998, recuerda que "las representaciones diplomáticas y consulares, así como los organismos internacionales representados en Marruecos", deben someterse a una normativa que les exige utilizar los servicios de este ministerio para "todos los contactos, visitas protocolarias, y de trabajo del embajador y de sus colaboradores", con los organismos oficiales regionales y centrales. La circular insta a los diplomáticos a usar esta vía incluso en sus contactos y reuniones oficiales con "representantes de la sociedad civil", es decir, partidos políticos, sindicatos y otros organismos representativos. Para el Ministerio de Exteriores marroquí, la circular pretende "poner orden" en los contactos y reuniones de los diplomáticos, "sin otras intenciones", según declaró a EL PAÍS su director de Comunicación.

Fuentes occidentales y marroquíes dudan de que el primer ministro, Abderramán Yussufi, esté al corriente de dicha circular, ya que ello "va contra el espíritu de apertura y voluntad de cooperación mostrado por el nuevo Gobierno".

Diplomáticos comunitarios en Rabat consultados por este periódico han manifestado su sorpresa por estas normas, que consideran "de imposible cumplimiento", ya que tal acción "produciría un colapso en las relaciones políticas con Marruecos". El volumen de contactos y entrevistas oficiales del centenar de países y organismos internacionales representados en Rabat es tal que sería imposible llevar a cabo tales propuestas. Según fuentes de las embajadas europeas en Rabat, no hay ningún precedente de este tipo en los países democráticos.