LÁGRIMAS EN LA IMAGEN...

Una lágrima en el lado derecho de la cara y una pequeña señal de otra, en forma de un surco húmedo dejado por la secreción en su caída hasta la barbilla, serían normales en una persona afligida. Pero en una talla del siglo XIX, del escultor catalán Miquel Bay i Fábrega, entra dentro del terreno de los hechos milagrosos. Así se lo describieron al hermano mayor de la cofradía de la Piedad de Logroño, Jesús Perea Gonzalo, los dos restauradores que adecentaban la figura de la Virgen, y que por el momento quieren seguir en el anonimato. "En el local no hay humedad ni goteras, y si las hubiera, otra parte de la imagen estaría también mojada. Para nosotros es un misterio", dijeron. "Me lo comentaron los restauradores, pero el valor que le damos al hecho es el anecdótico", concluyó Perea.- ,