Quince guerrilleros albaneses mueren en una nueva ofensiva serbia al sur de Kosovo

La puesta en libertad de ocho soldados yugoslavos por el Ejército de Liberación de Kosovo (ELK) no ha reducido la tensión en la provincia. Menos de 48 horas después, la policía especial serbia realizó una operación en Racak, al sur de Kosovo, en la que 15 guerrilleros perdieron la vida. En otro incidente, dos miembros de la misión internacional de verificación de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) fueron tiroteados en Rznic, a 40 kilómetros de Pristina. Aunque su vida no corre peligro, es el primer acto hostil contra ellos.

El Centro de Información serbio en la capital kosovar afirma que los guerrilleros del ELK murieron durante un duro enfrentamiento con las fuerzas yugoslavas de seguridad. Tras ese choque, que otras fuentes definen como operación organizada, la policía serbia se incautó de "importantes cantidades de armas, de municiones y de material militar, en particular de tres metralletas, varias decenas de fusiles automáticos y morteros". Ayer por la tarde, estas fuerzas de seguridad continuaban la persecución de "grupos de terroristas" -que es como Belgrado califica a los guerrilleros- cerca de Stimlje (26 kilómetros al sur de Pristina), a pesar de haber casi eliminado en esa zona la presencia activa del ELK. Este último ataque ha sido el más grave desde que ambas partes firmaran un precario alto el fuego el pasado mes de octubre. Durante el ataque, el Ejército yugoslavo empleó carros de combate y armamento pesado contra los pueblos de Racak y Petrovo, al sur de Stimlje, según testigos presenciales que aseguraron que, al menos, se habían lanzado cinco proyectiles. La policía aseguró que desde primera hora de ayer se habían acordonado los pueblos de Racak, Molopolac y Petrovo en búsqueda de guerrilleros del ELK responsables de la muerte de cinco policías serbios hace una semana.Relativa calma

El asalto se ha producido tras un día de relativa calma después de que el miércoles el ELK liberara a ocho soldados yugoslavos que tenía en su poder desde el viernes de la semana pasada y de que el Ejército se retirase de sus posiciones al norte de la región como consecuencia del secuestro. Mientras tanto, dos miembros de la misión de verificación de la OSCE resultaron heridos de bala ayer en Kosovo cuando viajaban en vehículos blindados, según indicó un portavoz de esta organización en Viena. "Las vidas de los dos hombres no corren peligro", declaró el portavoz oficial Mins Nyberg, quien añadió que los primeros datos llegados desde la zona indican que los funcionarios fueron víctimas de un ataque intencionado. El incidente se produjo al mediodía de ayer, a unos 40 kilómetros al oeste de Pristina, cerca del pueblo de Rznic, una zona controlada por el ELK, algo que la OSCE no considera como una prueba determinante de la autoría del ataque. Uno de los dos heridos es un observador británico, mientras que el otro es un intérprete serbio que la OSCE reclutó en la zona y que ya ha sido dado de alta. "Suponemos que el tiroteo fue hecho con fusiles que tienen la potencia suficiente como para atravesar cristales blindados", explicó Nyberg. Los responsables de la misión de la OSCE han manifestado reiteradamente su preocupación por la seguridad de los observadores quienes, según el acuerdo alcanzado el pasado otoño entre el presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, y el enviado especial de EEUU, Richard Holbrooke, no van armados. La única medida de protección son los aviones de la OTAN, que efectúan vuelos de supervisión sobre el territorio y que, estacionados en Macedonia, están preparados para una eventual evacuación.