Lo imprevisto dominó 1998

Si hubo algo con lo que nadie contaba en diciembre de 1997 a la hora de intuir lo que el 1998 deportivo iba a ofrecer fue con la irrupción de jueces y policía enmedio de una gran competición deportiva, el Tour. La imagen de los registros, la de la histeria de Virenque o la de la dignidad de Pantani, sentado en el asfalto rodeado de todo el pelotón, han sido las fotografías del año que nadie preveía. Lo imprevisto ha dominado. Disculpados así, los profetas de EL PAÍS tampoco estuvieron tan mal en sus pronósticos. Y eso que enero comenzó fatal. María Peláez no brilló en el Mundial de Perth, y Brett Favre no pudo imponerse en la Super Bowl. En febrero, acierto con la italiana Compagnoni (oro en el gigante y plata en el eslalon) y fracaso con Wayne Gretzky: el héroe de la gran liga americana de hockey hielo quedó ensombrecido por el gran portero checo Dominik Hasek, que condujo a su país al oro en Nagano. En marzo, aprobado con Tergat (era fácil prever que el keniano ganaría el Mundial de cross) y fallo con Parra. En abril, también aprobado con Valero Rivera y la enésima Copa de Europa del Barça de balonmano, y gran yerro con Tiger Woods en Augusta. En mayo comenzaron los plenos: el Barça ganó la Liga y Crivillé el GP de Cataluña. Siguieron en junio: Moyà en Roland Garros y Jordan con el sexto anillo. Pero en julio, gran fracaso: no sólo Olázabal no brilló en el Open Británico, sino que Ronaldo no estuvo a su altura en la final de un Mundial que encumbró a Francia y Zidane. En agosto, más bajos: Fiz no corrió el maratón del Europeo y Ullrich no ganó el Tour. Mejor en septiembre (Jiménez, héroe popular de la Vuelta) y en octubre (quinta corona de Doohan). Mala suerte en noviembre: 800 metros separaron a Sainz de su tercer título y en diciembre: España no llegó a la final de la Copa Davis. Tampoco estuvo tan mal pese a que en los pronósticos no citásemos a Gebrselassie (récords en 5.000 y 10.000m), ni a El Guerruj (3.26 en los 1.500), ni a Roncero (cuarta mejor marca en maratón: 2h 7m 26s).Y ni siquiera a Pantani.