Un historiador a la contra

Niall Ferguson se ha convertido a sus 34 años en el historiador estrella del mundo académico británico. En una reciente entrevista con The Guardian, declara que sólo está interesado en cuatro cosas -"violencia, sexo, dinero y poder"- y reconoce que siempre le ha divertido llevar la contraria o para decirlo de forma más sutil "oponerse a la opinión recibida".Nacido en Glasgow, casado y padre de dos niños, Ferguson acaba de publicar una historia de los Rothschild y The pity of War, primer libro de una trilogía por la que ha firmado un contrato editorial que es la envidia de todos sus colegas: nada más y nada menos que 600.000 libras, más de 140 millones de pesetas. Su tesis es tan controvertida como inquietante: la violencia gratuita ejercida por los soldados británicos en la I Guerra Mundial los acerca más al papel de verdugos que al de víctimas. Ferguson justifica esta conclusión por las atrocidades recogidas en los diarios de los soldados, por la propaganda de odio al enemigo que llevó a la práctica de no hacer prisioneros, por la escasez de desertores. Buceando en las motivaciones del soldado raso, Ferguson plantea el problema moral de los millones de hombres corrientes que se convirtieron en asesinos.