Telefonía
Salí de casa a la hora en que abren los comercios con la intención de adquirir un aparato telefónico con contestador incorporado, de esos que tienen su cintita manipulable para la grabación, con objeto de no tener que recurrir al intangible contestador de Telefónica, que, me temo, es incoloro, inodoro, insípido e incontrolable para mí y muy fácilmente controlable por ellos. Llegué a una gran superficie, sector telefonía: media docena de potenciales clientes de teléfono móvil se estaban haciendo dar explicaciones por otros tantos dependientes que parecían haber sido adiestrados por Sherezade. Conforme los clientes iban realizando peregrinas preguntas (y cada modelo que probaban admitía un sinfín de variedades, incluida la apasionante discusión sobre gama de colores y oferta de timbrazos), los vendedores iban contando cuentos, y así, de cuento en cuento, transcurrieron las horas y me tocó turno."¿Qué quiere?". "Un teléfono". Sonrisa deslumbrante y amplio gesto del dependiente mostrándome la vitrina que tenía a sus espaldas. Me sentí tremendamente culpable cuando por fin entendió lo que quería, se le borró la sonrisa y la impaciencia le hizo alzarse de hombros. "De ésos no nos queda ninguno. Nos quedaban unos pocos en oferta, pero hace días que se acabó".
Misma historia en la tienda siguiente: apenas recibí una mirada de la amable señorita que atendía a un campesino con boina y cayado que deseaba telemovilizarse con urgencia. "Si quiere, curso un pedido al almacén, por si nos queda algo en stock". Un par de comercios más tarde encontré el teléfono que necesitaba. A aquellas alturas me sentía ya tan mal que, al pagar, balbucí, sacando mi móvil del bolso y mostrándoselo al tipo: "No crea, ya tengo uno, y he perdido muchos antes, todos muy buenos". No fuera a poner una denuncia. Acojonan, ¿no?
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
El crítico literario J. Ernesto Ayala-Dip fallece a los 79 años
El mensaje navideño de Marta Ortega a la plantilla de Inditex: “El futuro depende de lo que seamos capaces de construir juntos”
El juez procesa al empresario que financió a Alvise y le impone una fianza solidaria de 247 millones
La jueza de la dana declina citar a Sánchez porque no consta que estuviera informado “en tiempo real” por Mazón como Feijóo
Lo más visto
- Sin duchas ni camas adecuadas, y con obras en marcha: así estrenaron 30 niños extranjeros el centro de acogida de La Cantueña de Ayuso
- El hombre que desarmó a uno de los atacantes en Sídney es aclamado como un héroe en Australia
- El actor y director Rob Reiner y su esposa Michele, hallados acuchillados en su mansión de Los Ángeles
- Guardiola elimina la prohibición de que los jefes de servicio de la sanidad pública ejerzan en la privada y sube un 59% la derivación de pruebas
- “Robe me enseñó a amar y también a quemarlo todo”: miles de personas lloran y despiden al músico en Plasencia




























































