Chile amenaza con excluir a España de la construcción de dos submarinos

La Armada chilena ha advertido a las autoridades de Madrid que la empresa española Bazán quedará excluida del contrato de construcción de dos submarinos Scorpène, por un importe total de 60.000 millones de pesetas, si sigue adelante el proceso de extradición del general Pinochet. Se trata del primer aviso de represalia económica por el proceso abierto en la Audiencia Nacional contra el ex dictador chileno.La Marina de Chile no plantea la cancelación del programa adjudicado en diciembre pasado al consorcio que formaron el astillero español Bazán y el francés DCN, ya que ello le obligaría a pagar una fuerte indemnización.

La amenaza consiste en trasladar al arsenal de Cherburgo (Francia) la totalidad del trabajo, dejando fuera a la factoría de Cartagena (Murcia). Las autoridades militares chilenas no parecen tomar en consideración el hecho de que también el Gobierno francés ha pedido la extradición de su ex comandante en jefe.

Debido a la fuerte autonomía de las Fuerzas Armadas chilenas, los programas militares son los más sensibles a la actual crisis. En una entrevista a EL PAÍS, publicada el pasado día 12, el ministro español de Defensa, Eduardo Serra, admitió que las negociaciones sobre ventas de armas españolas a Chile se encuentran paralizadas. "Ahora mismo hay una sensibilidad en Chile que ha llevado a las autoridades a tomar esa decisión de esperar y ver. Somos conscientes de que eso no nos favorece. Esperemos que no pase de ahí", afirmó.

Reunión suspendida

Esta misma semana estaba previsto que se reunieran en Madrid los directores de armamento de los dos países, en el marco del acuerdo de cooperación entre ambos ministerios de Defensa, pero la entrevista fue aplazada sin fecha a petición de Chile.Además del programa de los submarinos, que es el más importante económicamente, la suspensión de las negociaciones ha afectado a una operación para vender al Ejército de Tierra chileno tres aviones de transporte C-212 de Construcciones Aeronaúticas (CASA) y modernizar los cinco que ya tiene, por unos 5.000 millones de pesetas, y a la adquisición de un sistema de telecomunicaciones militares del grupo Indra, por un importe similar.

A más largo plazo, está pendiente la participación española en un proyecto de construcción de fragatas y en la modificación de los carros de combate Leopard comprados por el Ejército chileno a Bélgica y Holanda.

Chile es uno de los mejores clientes de la industria militar española desde hace al menos dos décadas. Sus Fuerzas Armadas son, aparte de las españolas, las únicas que cuentan con los tres modelos de avión que fabrica CASA (C-101, C-212 y CN-235). Entre otros productos españoles, tienen también en inventario camiones de la empresa Santana y lanzagranadas de Instalaza.