García Escudero califica a Rato de símbolo de lo que será el futuro del partido

El presidente del comité organizador del XIII Congreso Nacional del Partido Popular, Pío García Escudero, uno de los políticos preferidos del presidente del Gobierno, José María Aznar, para diseñar el futuro de su partido, designó ayer oficiosamente al vicepresidente segundo y ministro de Economía, Rodrigo Rato, como "un símbolo de la historia" de esta formación que "encierra lo que es y lo que será" en el futuro el Partido Popular.Esta proclamación simbólica de Rato como líder emergente del "centro reformista" hacia el que quiere dirigirse el presidente del Gobierno se produjo anoche en Madrid, en un acto interno de una agrupación del Partido Popular que rindió homenaje al vicepresidente económicp por su labor en el Ejecutivo con la entrega de un euro en una placa con su afiliación de honor.

Fue la constatación de que Rodrigo Rato controla en estos momentos el aparato del Partido Popular en Madrid, un sector que siempre ha cuidado de una manera absolutamente entregada.

El vicepresidente segundo del Gobierno, vicesecretario general del Partido Popular y ponente económico del próximo congreso del partido, agradeció entre bromas el tono póstumo del homenaje, que le sirvió para realizar un canto a la trayectoria de esta formación desde las tristes catacumbas de la derecha minoritaria hasta el éxito y las responsabilidades en todo tipo de gobiernos. Fue una loa indirecta a su propio camino en el seno de la formación conservadora.

Compasión

Rato hasta se permitió, en un tono muy condescendiente, ser compasivo con el momento crítico que atraviesan los socialistas por los conflictos de liderazgo entre José Borrell y Joaquín Almunia: "Ellos nos perdonaron la vida mucho tiempo y nosotros no debemos cometer ese error".El ministro de Economía y número tres del Ejecutivo presumió de la tarea concluida por el Partido Popular y por José María Aznar en sus dos años de Gobierno para resaltar que en el próximo congreso del Partido Popular debe reflexionarse sobre las mejores ideas y las menos inmovilistas para encarar el siglo XXI.