Merece nuestra ayuda

Hemos sabido, por el diario EL PAÍS, que el devenir cotidiano del que un día fuera condecorado con medalla de oro al mérito ciudadano, premio al mérito humanitario y a los valores humanos (gallardones que no se prodigan con frecuencia, y que él, Jedari, sí supo cosechar), decía, hemos sabido que no pasa por tiempos de bonanza, alguien que no dudó en jugarse la vida para defender a una mujer en apuros, dando un ejemplo de civismo inconmensurable.Sabemos también que no sólo recibió esas medallas. También un piso. Pero, por avatares de familia, del destino o tal vez por ignorancia o, pudiera ser, por su natural desprendimiento, lo cierto es que hoy no tiene más amparo que el que le brinda el hospicio de San Martín de Porres.

Inútil total a sus 26 años, extranjero y con dificultades de comunicación, su porvenir no parece halagüeño, y es por lo que creo merece ayuda.

A sabiendas de la gran demanda de empleo que existe, también para disminuidos físicos nacionales, y sólo apelando a su arrojo y civismo manifiestos, ¿no sería factible conseguirle un hueco entre los vendedores del cupón de la ONCE, por ejemplo?

Somos muchos los que, más que en el hipotético premio, al adquirir el cupón pensamos que su finalidad va más allá de aspirar a enriquecerse, evento más que ilusorio, por otra parte.

¡Quizá el argelino Milud Jedari se lo merezca!- . .