Los hijos de Barrionuevo y Vera exigen que no sean "moneda de cambio" de ETA

"No consentiremos que [nues-tros padres] sean monedas de cambio ni rehenes en manos de nadie", afirmaron ayer, en alusión a ETA, los hijos de José Barrionuevo, ex ministro del Interior, y Rafael Vera, ex secretario de Estado para la Seguridad, en el comunicado que leyeron a la puerta de la prisión de Guadalajara, donde ambos cumplen sus condenas por el secuestro de Segundo Marey. Como el sábado anterior, el primero tras su encarcelamiento, unas 2.000 personas se concentraron ante ella para proclamar su inocencia y pedir su liberación inmediata.En la nota, leída por Pablo Vera, los hijos de los condenados insistieron en que su situación es injusta y en que "el Gobierno y otras instituciones están ciegos si no lo comprenden". También abordaron la tregua de ETA para resaltar que todos hablan de ella "con esperanza y angustia" y que nadie ha luchado como sus padres "por la convivencia democrática" y ha compartido "en tantos funerales el dolor de las víctimas de la violencia".

Al acto asistieron, entre otros, José Luis Corcuera, también ex ministro del Interior; Jaime Lissavetzky, secretario general de la Federación Socialista Madrileña; José Acosta, líder del sector guerrista; Juan Barranco, portavoz del grupo municipal socialista, y Joaquín Leguina, ex presidente de la Comunidad de Madrid. Todos reiteraron que ahora, ante la oferta de ETA, aún hay que recordar más "el papel" de sus compañeros "en favor de la paz". A primera hora de la mañana, el presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, había visitado a Barrionuevo y Vera, pero a su salida no quiso comentar el estado de ánimo de ambos presos.

A su vez, militantes socialistas de Berja (Almería), el pueblo de Barrionuevo, pretendieron hacerles llegar unos 5.000 kilos de frutas y verduras. Como la dirección de la prisión no los admitió, fueron donados a centros benéficos de Guadalajara.